A principios de los años 80, con una crisis a cuestas y con constantes cambios económicos, el mercado asegurador en el Ecuador tuvo su apogeo, originándose una necesidad de seguridad y protección personal, es en este momento que ávido de conocimientos y con un don innegable para el servicio, Claudio Cabrera Ortíz, lojano de 31 años en ese entonces, empieza a comercializar en la ciudad de Quito un novedoso producto de protección personal a largo plazo, el denominado Seguro de Vida Pura, que para la época se emitía con o sin planes de ahorro.